Dota mi alma, de
cordura.
No dejes que mi
destino,
en ese torpe
camino,
pierda toda su
hermosura.
Dale tu ánimo,
calor.
Preña el aire con
tu aliento
y encuentre, en
tal movimiento,
el sueño
reparador.
Y, cuando en su
despertar,
le entre la duda,
vacile,
por favor, Señor,
Tú dile:
Sólo consiste en
amar.
Tu Palabra será el
reto,
para lograr tu
amistad.
Gánale con tu
bondad
e infunde en ella
el respeto.
Si, al final, en Ti
confía,
acatarás sus
mandatos,
sus pasos te serán
gratos
el amor es su
valía.
Gracias te doy, mi
Señor,
por tan grandioso
trabajo.
¡QUÉ MARAVILLA DE
AMOR!
Siempre presente
en el tajo.
Oculto en ese
sagrario,
hoy, te viene a
recibir.
Serás, para ella,
pan diario.
Alegra su
porvenir.
Que bajo tu
protección,
permanezca noche y
día.
Arropa su corazón,
pues, sin Ti, nada
sería.
César Carús Arnáiz
22/05/2016
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