04 octubre 2010

Escuelas Caride - Toyos

CÉSAR: Si tomamos los documentos fundacionales como referencia de partida, nos encontramos en su prólogo con dos benefactores, D. José Caride y D.Eufrasio Toyos, que aunaron sus medios económicos para fundar estas escuelas, orgullo del pueblo de La Riera.

En ellos se demuestra el pensamiento y deseo de ambos, para llegar a coordinar sus ideas en servicio y bien social de los vecinos de este pueblo. En los mismos se señala:

“Con íntima satisfacción abrimos hoy las puertas de esta Escuela a los niños llamados a recibir en ella educación y enseñanza. Si en el nuevo ambiente pedagógico que aquí se les ofrece, sus almas se elevan y se desenvuelven armónicamente todas sus facultades, preparándose para el cumplimiento del deber, nuestra obra, que constituye un pequeño tributo de amor al bien y al progreso de la Patria, habrá dado el fruto que anhelamos”.

Escuelas Caride-Toyos de La Riera, 7 de Enero de 1910

Qué realidad, tan firme, de mostrar a su tierra y sus moradores, que, aunque lejos del “terruño”, que un día contemplaron su grandioso amanecer, les tienen presentes en su memoria y les ofrecen esta majestuosa obra, dónde su prole podrá adquirir los conocimientos esenciales para ser en la vida hombres de provecho.
Pero el tiempo, al igual que en las personas, hace en las obras humanas estragos a su paso. Si además los gobernantes de turno no ponen los medios oportunos para paliar tales males, nos encontramos con el desastre que hoy, por desgracia, podemos contemplar.
Unos primero y otros más tarde, aunque agradecemos su apoyo incondicional al alcalde presente del Ayuntamiento de Colunga, cuando decidió acompañarnos a presentar nuestros escritos a los organismos oficiales, mas acontece que, hasta el momento presente, parecen dar, unos y otros, vida al dicho castellano del reinado de los Reyes Católicos, que señala: “Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando”; o sea, que la forma de actuar, en el caso que nos ocupa es la misma.

Vosotros que regís los destinos de nuestro concejo, volved la vista a estas Escuelas y sus terrenos. Contemplad las necesidades tanto geriátricas como sociales, ponemos por ejemplo, del Municipio y luego obrad en consecuencia. ¡Merece la pena!

Trayectoria de Las Esculas Caride-Toyos desde su fundación hasta hoy

ELY: Al escribir sobre las cosas de nuestro querido pueblo, no podemos olvidarnos de las ESCUELAS donde aprendimos a leer y a iniciarnos en los estudios, muchas generaciones de vecinos de La Riera.
Haremos una breve exposición de la trayectoria de estas ESCUELAS desde su fundación hasta hoy.
Era mediados del siglo XIX, cuando mi tío-abuelo, Don José Caride, hermano de mi abuela Mariquina, se marchó a la Argentina como tantas gentes hacían en aquellos años.
El abuelo José hizo fortuna y no se olvidó de su pueblo ni de su familia que aquí vivía.
El 7 de enero de 1910, abren sus puertas las escuelas que Él patrocinó con el nombre de “ESCUELAS CARIDE-TOYOS”.
Durante unos años tuvieron un uso completo: se hacía el curso escolar y en verano venían colonias de niños, bajo la dirección de Doña Emilia Roza.
Con el paso de los años, pasaron a depender del ministerio de Educación y Ciencia. Es en este momento cuando su conservación ya no dependía de la Fundación sino del Ayuntamiento, como ocurre con todos las escuelas estatales.
El Ayuntamiento cumple su función hasta que se hace la concentración escolar en Colunga. En este momento, estos edificios ya no tienen un fin social, por lo que el Ayuntamiento deja de tener obligación de su mantenimiento.
Mi padre que se ocupaba de esto, como antes hizo mi abuelo, D. Antonio Bulnes, que fue cofundador, hizo que Manolo y Cuca, vecinos de La Riera, se instalaran en las casas de los maestros para cuidar de ello y dar cuerda al reloj que alegraba con sus campanadas a todo el pueblo.
Es entonces cuando empiezan a deteriorarse las construcciones, no por desinterés de los inquilinos sino por falta de medios económicos para ir arreglando lo que se deterioraba.
Desde el día que se hizo la concentración escolar, se está buscando un organismo que quiera hacerse cargo de esto, dándole un destino social, para lo que fue creado. Se contactó con el Principado a través de distintas Consejerías, también con el Ayuntamiento en varias ocasiones, pero hasta el momento no se consiguió nada. En ello seguimos.
Todos los datos que aquí se dan, se pueden constatar en los documentos fundacionales y en el libro de actas.

Sumaba el capital fundacional, 90.000 pesetas (dato aportado por Lis, también del libro fundacional de las escuelas, además de las fotos que aquí aparecen).

Recuerdos de "Les Escueles"

MARIBEL: Hablo de las escuelas de La Riera, hoy en ruinas (es una pena), pero en los años cincuenta y pico - sesenta, cuando yo iba, estaban en muy buen estado.

En la escuela de niños había un mapamundi y el mapa de Asturias. En éste último estaban los ríos señalados con piedras de colores. Tenía unos jardines muy cuidados y muchas rosas. Hasta una palmera dónde se cortaban las palmas para el día de Ramos.


En la escuela de niñas, en el suelo, estaba el abecedario en mayúsculas y minúsculas, los números del 1 al 9 y los números romanos. Todo ello hecho con ladrillos. Cada niña limpiaba su número y letra.



Yo tuve tres maestras: Esther (en la foto), Berta y Sara (hoy mujer de D. Ernesto). Con la que más tiempo estuve fue con Esther. Ella me enseñó lo poco que aprendí, ya que con las dos siguientes estuve muy poco.

En mis tiempos, por la mañana se estudiaban las lecciones, y por la tarde nos enseñaban a hacer labores. Tengo mucha añoranza de aquellos años que aunque en aquella época no había la súper abundancia de cosas que hay ahora yo era muy feliz y los recuerdo con cariño.


DOLORES: Quiero seguir un poco con lo que ya cuenta Maribel, son recuerdos de aquellos años que quedaron muy atrás pero que uno recuerda con cariño.

Las escuelas para aquella época estaban muy bien equipadas, tenían su biblioteca para mayores. Cuando empezabas de crio tenían mucho material para aprender casi jugando. Había ábacos para contar sumar, restar, grandes encerados que cubrían toda la parte posterior del aula donde la maestra ponía el tema del día y allí salía la niña que ella llamaba. Si lo sabías lo explicabas y si no te ibas de vuelta a tu sitio más roja que una grana (esto era por la vergüenza). Era muy entretenido aprender cuando eras pequeño porque muchas cosas tales como números, letras, mapas estaban al aire libre y allí salíamos a dar la clase.


Esperábamos con impaciencia la foto anual. Ese día llegábamos bien repeinadas y compuestas por nuestras madres para que saliésemos bien favorecidas sentadas en un pupitre, muy modositas, con el mapa de España al fondo y nuestra mejor sonrisa. El sitio para la foto era el mismo para todos. De todo aquello no queda más que el recuerdo. Yo tuve dos maestras ESTHER Y Victorita. De las dos guardo un grato recuerdo y ¡OLE! por las personas que se dedican a la enseñanza, para aguantar a tanto “guaje “hay que tener madera de sufridor. No quiero dar más la tabarra; me imagino que los que como yo fueron a la escuela en aquella época tendrán los mismos o parecidos recuerdos.

ANA: ¡Hola! Soy una alumna de las escuelas Caride Toyos de La Riera. Quisiera con mis dos amigas, Maribel y Dolores, expresar lo que interiormente seguimos recordando de nuestra vida escolar. Yo tuve la gran suerte de haber tenido una profesora, Esther Candosa, de la cual me siento muy agradecida, y la recuerdo con cariño. Al mismo tiempo no puedo dejar en el olvido a D. Benjamín, párroco entonces de esta parroquia. Formaban entonces un tándem extraordinario (escuela-catequesis). Nos transmitieron valores que quedaron en nosotras presentes para siempre, como el respeto a los demás, fundamental en nuestras vidas.

Con nuestra “profe” hicimos obras de teatro, versos (poesías) a la Virgen en el mes de las flores en mayo. Todas estas y muchas más fueron vivencias extraordinarias que hemos vivido juntas en estas queridas escuelas que yo visitaba con frecuencia (no ha mucho).
Hoy me siento mal cuando las contemplo en esta condición de abandono, despojos materiales dónde hijos, profesores y alumn@s convivimos juntos esos años hermosos de escolaridad en los pueblos.

Gracias a los fundadores.
Gracias al profesorado que por ellas pasaron y… gracias por el interior de nuestras personas dónde las buenas cosas perduran. Seguiréis siendo nuestras escuelas en recuerdo.